En algún momento de tu infancia, antes que empezaras a aprender a limitarte o que los adultos empezaran a decirte “no”, “no, “no”… tuviste mentalidad de super héroe.
No existían límites y en tu mente eras capaz de realizar y lograr lo que fuese que se te ocurriese. Tu zona de confort llegaba más allá de donde podías imaginar.
Ya después, con el tiempo, lo que ganaste de autonomía lo perdiste de valentía, y aprendiste a “jugar seguro”.
Si quieres alcanzar el éxito, debes salir de tu zona de confort. Y mientras más lejos estés dispuesto/a a allegar, más probable es que alcances un estado de éxito.
La próxima vez que quieras hacer algo, en cuanto escuches tu voz interior diciéndote que “no puedes”, que “es peligroso”, que “para qué querrías correr ese riesgo”, etc., reemplázala por expresiones como “yo puedo”, “tengo más que ganar que perder”, o “una fuerza invisible me acompañará y protegerá”.
Vuelve a ser el niño o niña que alguna vez fuiste, y prepárate a disfrutar el dulce sabor del triunfo, o la satisfacción que deja el haberlo intentado.